Un 28 de mayo de 1987 se instituía el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, esta fecha fue establecida como un recordatorio para abordar las múltiples causas de enfermedad y muerte que afectan a las mujeres.
Aunque el número exacto de mujeres con morbilidad materna grave en la región es desconocido, se estima que por cada muerte materna podría haber 20 mujeres que sufrirán una complicación grave, casi mortal, probablemente un total de 1.200.000 cada año.
El estudio mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ”Moving beyond essential interventions for reduction of maternal mortality (the WHO Multicountry Survey on Maternal and Newborn Health): a cross-sectional study”, mostró que el número de mujeres con morbilidad grave, varía en los diferentes hospitales de América desde un mínimo de 3 casos por cada muerte, hasta 38 casos. En estos últimos hospitales, casi se duplica la proporción mundial esperada de 20 casos por muerte materna.
El Centro Latinoamericano de Perinatología/Unidad de la Mujer y Salud Reproductiva (CLAP/SMR) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ha diseñado un nuevo modelo de historia basado en variables definidas por la OMS en 23 instituciones de 12 países de América Latina, que permite a los profesionales de la salud tener una hoja de ruta que los guie en la atención de las mujeres embarazadas, con la finalidad de anticipar y evitar la aparición de estos casos. En caso de aparecer, ofrece instrucciones de como registrarlos con el objetivo de medir la magnitud exacta de los casos y generar conciencia entre los profesionales de salud, la comunidad científica, las universidades y en especial las mujeres gestantes y sus familias. Esta herramienta ha demostrado ser de gran utilidad en la identificación, registro y suministro de información para analizar los casos de “near miss” y la calidad de la atención prestada.
El estudio de la morbilidad materna grave es factible hacerlo porque el número de casos es reducido, a pesar de ser más frecuentes que las muertes maternas. Los casos de morbilidad materna pasan por las instituciones de salud. Los profesionales están más anuentes para analizar procesos con finales positivos y además está la propia mujer que sobrevive y es un testigo calificado para narrar lo acontecido y sacar experiencias que eviten la repetición de estos eventos. En el año 2011, los Ministros de Salud de las Américas daban un paso trascendente en este sentido, al aprobar un plan para acelerar la reducción de la mortalidad materna, pero también de la morbilidad materna grave. Desafortunadamente a algo más de dos años de aprobada dicha resolución, no todos los Estados Miembros se encuentran analizando regularmente y en profundidad este tema.
FUENTE: Organización Panamericana de la Salud