En conmemoración de la primera transfusión de sangre realizada en el país, el 9 de noviembre de 1914, en el Instituto Modelo del Hospital Rawson de la Capital Federal, por el Dr. Luis Agote, se estableció en el año 2004, esa fecha, como el “Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre” (Ley N° 25.936).
Aquel acontecimiento que hizo posible la conservación de la sangre en estado líquido con citrato de sodio, fue el punto de partida en todo el mundo para el desarrollo más importante hasta entonces conocido, para el traspaso de sangre entre humanos que tantas miles de vidas permitió salvar.
En nuestro país, la donación voluntaria y altruista de sangre, a partir de la sanción de la ley sangre N° 22.990 en el año 1983, sufrió un significativo retroceso. En las tres décadas posteriores, la casi totalidad de las donaciones respondían a pedidos de reposición, efectuados por los bancos de sangre a familiares y amigos de los pacientes.
Muy por el contrario a lo previsto por los legisladores y científicos, la incorporación de artículos específicos para favorecer la donación de sangre (seguro de sangre, el día laborable por donación, la convocatoria de donantes por intermedio de familiares y pacientes) en lugar de mejorar la disponibilidad, transformó los bancos de sangre en instituciones que desalientan la donación voluntaria, repetida y altruista.
La creación de la Dirección de Sangre y Hemoderivados, la conformación de una Comisión con amplia representación del Sistema de Sangre público y privado, que está elaborando el proyecto de Ley actualizando la anterior y el incremento significativo del presupuesto, son indicadores de la firme decisión del Ministerio de Salud de alcanzar la meta de 100% de donación voluntaria y contar con una red de bancos de sangre moderna y eficientes, como piezas claves del Sistema de Salud.
FUENTE: Dirección de Sangre y Hemoderivados. Ministerio de Salud. Presidencia de la Nación