Día Internacional de la Lucha contra el Uso indebido y el Tráfico ilícito de Drogas


Por: Lic. Ariel Blanc

En el año 1987, la Asamblea General de las naciones Unidas decidió establecer el día 26 de junio como el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, para dar una muestra de su determinación en fortalecer las actividades necesarias para alcanzar el objetivo de una sociedad internacional libre del abuso de drogas . 
A 27 años de ese noble intento de aportar a la visualización de esta problemática, interesa reflexionar, sobre el trabajo preventivo que se realiza en la comunidad, con relación al uso de drogas 
Muchas veces a modo didáctico y para entrar en tema, comenzamos hablando de esa relación que se genera entre los sujetos y las sustancias, en determinadas circunstancias o contextos, de este tipo de encuentros es que en muchas ocasiones surge la necesidad de generar espacios preventivos en una comunidad.
De estos tres actores antes mencionados, son sin duda los sujetos y las circunstancias o contextos los más importantes.
Sin embargo cuando uno revisa los diversos y bien intencionados intentos preventivos en escuelas, comedores, instituciones religiosas o deportivas, son siempre las sustancias las protagonistas.
Hablar de drogas literalmente, que hacen en nuestro organismo o de qué forma se consumen, está muy lejos de ser un aporte a la construcción de un estilo de vida más saludable. Por el contrario es poner el acento en un objeto inanimado, perdiendo de vista a los protagonistas principales: las personas y las diferentes cosas que le suceden a ellas en lo cotidiano.
Por otro lado desarrollar una práctica preventiva con la idea de que si una persona está bien informada de los daños que provocan las drogas, esta va elegir no consumirla, es no tener presente la complejidad del problema que estamos intentando abordar. 
Este no es un problema de drogas, es un problema de personas y de lo que ellas hacen frente a determinadas situaciones de la vida cotidiana. 
En un espacio preventivo debemos reflexionar sobre las situaciones que nos provocan angustia, ansiedad, miedo y no sobre la muleta farmacológica que utilizamos en ocasiones para poder sobrellevar esas sensaciones.
Es por ello que cuando pensamos en desarrollar una práctica de prevención en la comunidad, debemos pensar en seleccionar alternativas que buscan un mayor protagonismo de los participantes, que tiendan a destacar, recuperar y legitimar los conocimientos de los mismos acerca de los cuidados de la salud, debemos promover iniciativas grupales que permitan recuperar o mantener sus habilidades personales, sociales y culturales que son las que le darán la posibilidad de elegir mas saludablemente en lo cotidiano.
Antes de hablar de drogas y sus efectos, hablemos de las cosas que nos pasan como personas y trabajemos con los jóvenes en fortalecer aspectos como la toma de decisiones, la  expresión de sentimientos, la empatía, la autoestima, la comunicación, la resolución de conflictos, entre otros. 
El poder abordar las prácticas preventivas en el campo de las adicciones desde este lugar, promoverá el desarrollo de ciudadanos más críticos antes las cosas que nos pasan y tendremos mayores posibilidades de aportar a construir una sociedad más digna y saludables. 
 
Lic. Ariel Blanc
Docente FCS – UNER
arielgblanc@gmail.com